La iglesia de Santa María la Real, en Sangüesa, es una de las joyas artísticas más conocidas de Navarra. Su portada está considera como una de las obras cumbre del románico en España, como lo demuestra que fuera declarada Monumento Nacional en el año 1889.
La iglesia de Santa María la Real es un bello ejemplo del arte románico. Se empezó a construir por orden de Alfonso I el Batallador, rey de Navarra y Aragón en 1131. Con planta basilical tiene cabecera con tres ábsides románicos, construida durante la primera mitad del siglo XII. A finales de ese siglo y los siguientes se edificaron las tres naves, la portada sur y la torre gótica octogonal.
La Portada de Santa María es sencillamente espectacular. Para la realización de la misma, finales del siglo XII, intervinieron dos maestros reconocidos: el de San Juan de la Peña que trabajó la parte superior y Leodegarius, al que se le atribuye la inferior. El arte románico, al ser eminentemente religioso, exhibe en esta portada una catequesis doctrinal. En la galería alta, aparece Cristo rodeado de los símbolos de los evangelistas, acompañado por dos ángeles y los doce Apóstoles.
La parte inferior está dedicada al Juicio Final, con Cristo juzgando a los hombres en el tímpano ante la presencia de los Apóstoles y la Virgen como intercesora, San Miguel pesando las almas, salvados y condenados y máscaras del infierno. Toda la sociedad medieval (guerreros, clérigos, peregrinos, músicos, artesanos, sus vicios y virtudes) se sitúan en las arquivoltas que enmarcan el tímpano. A ambos lados de las arquivoltas, en las enjutas aparecen animales monstruosos, escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, y la famosa leyenda nórdica de Sigurd y el herrero Regín, con el dragón Fafner. En la zona inferior y en el lado izquierdo: María Magdalena, María Madre de Cristo (señalando en el libro el nombre del escultor Leodegarius) y María, madre de Santiago. A la derecha: Judas ahorcado, San Pablo y San Pedro.
Una vez visto el conjunto de esta portada, puede apreciarse la diferencia estilística y la evolución del románico hacia el gótico, como resultado del trabajo de cuatro talleres de distintos escultores.
En su interior destaca por su colorido y dimensiones el retablo mayor, de estilo plateresco aragonés, del siglo XVI. Dividido en tres pisos y coronado por la Coronación de la Virgen, preside la hornacina de honor la venerada imagen gótica de Nuestra Señora de Rocamador realizada en plata a finales del siglo XIII. Otra de las piezas de incalculable valor de la iglesia es la Custodia Procesional, obra cumbre de la platería local sangüesina, realizada en plata parcialmente dorada en estilo gótico a finales del siglo XV. Otras interesantes piezas de la iglesia son la imagen románica de la Virgen de la Nora, el grupo de La Piedad, de estilo hispano-flamenco del siglo XVI, la Vidriera dedicada a la Virgen o la imagen de la Inmaculada con cabello natural.
SUBIDO POR (profesional):
tierrasdejavier el 2013-02-19 18:02:13